domingo, 2 de noviembre de 2008

HAITI

Cuando hablamos de Haití, es como si todos conociéramos la solución del problema de nuestros vecinos, pero la realidad es que para poder aportar soluciones a un problema hay que conocer sino la raíz del mismo, por lo menos ponerse en la posición del otro y quizás así tener una pequeña idea de lo que viven los ciudadanos haitianos, no pretendo tener la solución a estos problemas, lo que si deseo es que tomemos un poco de conciencia de lo pasa allí y de cómo esto repercute en nuestro país, para nadie es un secreto el hecho de que nuestras calles, barrios y ciudades del interior del país están sobre pobladas de nacionales haitianos, muchos trabajan legalmente, aunque esta no es la mayoría, son numerosas las mujeres con sus hijos en brazos mendigando en nuestras calles, pasando a ser para nosotros, parte de nuestra cotidianidad. Esta situación que se vive, como todo lo que nos ocurre, pasa desapercibido, como si no pudiésemos cambiarla, esperando que quizás pase un milagro o simplemente nos hemos acostumbrado, pero la realidad es otra, necesitamos comenzar a saber lo que pasa en ese país, y después buscar la manera de ayudar al pueblo haitiano, la razón es simple no podemos darnos el lujo de que esta situación se agrave mas, por que las consecuencias serán funestas para ambos países, por momentos pasan situaciones que parecerían que no significan nada como la quema de casas en Montecristi y otras comunidades, pero sumando una a una, lo que vemos es una bomba que cada día se agiganta y podría estallar con daños irreparables, quizás mas daño que el vivido actualmente por ambos pueblos, entiendo que se hace necesario que las autoridades, políticos y miembros de la sociedad civil de ambos países, junto a las instituciones humanitarias y sociales, trabajen en conjunto, estamos frente a una situación delicada, cubierta por un manto de odio, que esta guiando las acciones de ciudadanos dominicanos y haitianos, sin conciencia de lo que pasa en realidad.

No debemos seguir trasmitiendo este sentimiento a nuestras generaciones y dando cabida a que un grupo de inhumanos, sin corazón, continué sacando provecho de esta triste realidad, que lo único que saben hacer es sembrar, la semilla de un racismo que no debe existir en sociedades, cuya población mulata, predomina, con una marcada descendencia africana, es tiempo que dejemos de acusarnos unos a otros y de pensar que otros países deben o pueden resolver el problema haitiano, lo que sí es imperativo es que tomemos la iniciativa y unidos en un mismo camino nos propongamos ayudarlos a levantarse, y así pueda salir del velo de maltrato y hambruna en que ha estado por décadas, para que no siga, este pueblo hermano estando FUERA DE ESTE MUNDO.





Posdata:Este articulo debió salir hace dos semanas,
antes obviamente de lo acontecido hace una semana.

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